
Con los Wayward Dirt Serenaders en el ipod y compartiendo barrizal de salida con todo un Martín Fiz y decenas de Josus y Leires (la muchachada euskalduna bajó en masa al Valle de Mena), encaramos 9 kilómetros y medio de recorrido rural no limits, maravillados por el paisaje y la animación entusiasta de nuestros hermanos del norte. Igualito que por aquí, vaya.
Lástima de exceso de asfalto (imaginamos que en las primigenias ediciones de la carrera, esta debió transcurrir por terreno blando) y de camiseta técnica, únicos peros que poner a una carrera preciosa y de un alto nivel atlético (Martín quedó noveno, no les digo más) y humano.
Get rural, dude!!
3 comentarios:
Carrera bonita y poco sufrida, pese al lechazo, solomillo y gorderías varias que llevaba yo en mis carnes; sin duda el hedor moñiguesco animal tan propio en las zonas rurales, anestesió mi alma...
Debería dejar de leer vuestors posts, ciático que ando, con una zapatillas semiestrenadas esperándome y una barrigua que me mira como diciendo "... al final yo ganaré la partida...".
Que ganas de trotar por los montes, aunqeu estén asfaltados.
A mí el hedor moñiguesco también me serena, ay, que Garcilasiano todo..
(besicos a los dos, Gitanes míos)
Señores de Gitanetowers dos puntos, que digo yo que vaya viajazos que se meten entre pecho y espalda, no? qué bien lo pasa la juventud correteando por esos mundos rurales... necesitan bici-escoba? servidora se oferta.
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